Los Mossos d’Esquadra detuvieron el pasado 29 de mayo a dos hombres por haber extorsionado a un empresario de Barcelona a quien le reclamaron 12.500 euros en diferentes pagos. La primera vez que le exigieron una cantidad fue de 1.000 euros en febrero del 2012. El empresario había contratado los servicios de una empresa que se dedicaba al cobro de facturas impagadas, pero desde el primer momento los arrestados le exigieron dinero bajo amenazas de hacer daño a su familia. Los arrestados son dos hombres de nacionalidad española, ambos de 38 años y vecinos de Santa Coloma, como presuntos autores de un delito de extorsión. Han quedado en libertad con cargos.
Los hechos se remontan al pasado febrero del 2012 cuando un hombre, propietario de un negocio ubicado en la ciudad de Barcelona, contrató los servicios de una empresa que se dedicaba al cobro de facturas impagadas. Inicialmente, los cobradores manifestaron a la víctima que sus honorarios correspondían al 40% del total de las deudas pendientes de cobrar, pero ya desde un primer momento le reclamaron el abono de 1.000 euros en concepto de gastos iniciales.
El hombre se negó pero desde el inicio lo amenazaron diciéndole que, en caso de no satisfacer este primer pago, tomarían represalias contra su mujer y sus hijos. Al sentirse amenazado la víctima efectuó el pago, lo que se repitió en cinco ocasiones más, por un valor total de 12.500 euros.
A mediados del mes de mayo del2013 del empresario volvió a recibir una llamada de una persona de la supuesta empresa de cobro reclamándole 10.000 euros y amenazándole con hacer daño a su familia, como ya habían hecho anteriormente. Ante la imposibilidad de poder pagar y al percibir que su vida y la de su familia corría peligro, decidió denunciar los hechos ante los Mossos.
Una vez que los agentes se hicieron cargo de las investigaciones, pudieron identificar a las dos personas que estarían amenazando la víctima. Con la información disponible, el pasado 29 de mayo se detuvieron a los dos hombres, uno de ellos en Montcada i Reixac y el otro en Santa Coloma de Gramenet.
Fuente: «La Vanguardia».