Ni las herencias son ya lo que eran. La crisis ha hecho mella también en una circunstancia que históricamente se había considerado una buena noticia. Que a alguien le tocara una herencia era sinónimo, al margen de cuestiones sentimentales, de alegría económica y de envidia colectiva, sobre todo si era inesperada. Ahora no siempre es así. Según los notarios, las renuncias a estos legados se han disparado en los últimos cinco años, en el caso de Catalunya hasta el 135%. El principal motivo es que el beneficiario es incapaz de asumir el coste fiscal sobrevenido por quedarse con un inmueble o una suma de dinero. El temor a las deudas que pueden venir con el legado es también uno de los motivos de este incremento tan notable.
Fuente: «El Periódico».