El Supremo ordena que se dicte una nueva sentencia contra Samuel Benítez

El Supremo ha ordenado a la Audiencia de Sevilla dictar nueva sentencia en el caso de Marta  del Castillo  para Samuel Benítez, amigo de  Miguel Carcaño, condenado a 20 años de cárcel por el asesinato de la joven, al  considerar ilógico el razonamiento por el que le absolvió de participar en la  ocultación del cadáver.

Además, según han confirmado fuentes jurídicas, el Tribunal Supremo ha  aumentado en dos años la  pena a Carcaño, condenándole por un delito contra la integridad moral por el  sufrimiento causado a la familia por las distintas versiones que dio de la  localización del cuerpo de Marta  del Castillo sin que aún se sepa su paradero desde la desaparición de la  joven el 24 de enero de 2009.

No obstante, la sentencia, que está dictada desde la semana pasada, aún no se  ha notificado a las partes por estar aún pendiente la emisión de uno de los dos  votos discrepantes que la acompañan, el de los magistrados, Miguel Colmenero y  Alberto Jorge Barreiro Esta decisión, en lo que se refiere a Samuel Benítez,  puede tanto implicar una condena como que se le absuelva de nuevo, ya que a lo  único que obliga a la Audiencia de Sevilla es a rehacer los razonamientos de su  sentencia en lo que a él se refiere, según las fuentes consultadas.

A lo que no ha accedido el Supremo es a la petición de la familia de Marta  del Castillo de repetir el juicio para los tres presuntos cómplices de Carcaño  en la ocultación de cadáver -Benítez, el hermano de Carcaño Francisco Javier  Delgado y la novia de éste María García- a los que la Audiencia de Sevilla  absolvió por falta de pruebas de haber colaborado en la ocultación del  cadáver.

Esta decisión precisamente es la que habría causado división entre los cinco  magistrados que componen la Sala, por lo que son solo tres los que suscriben la  sentencia: el presidente de la Sala de lo Penal y ponente de la resolución Juan  Saavedra, Julián Sánchez Melgar y José Ramón Berdugo. En la vista de los  recursos, celebrada el pasado 7 de noviembre, el fiscal Fernando Sequeros y el  abogado de la familia de Marta del Castillo, José María Calero, pidieron que se  vuelva a juzgar a los tres presuntos cómplices de Miguel Carcaño para que sean  condenados por ayudarle a deshacerse del cadáver.

Las defensas de estos tres absueltos se opusieron en la vista a las  pretensiones de las acusaciones elogiando la «razonabilidad» de la sentencia de  la Audiencia de Sevilla, que fue por contra muy criticada por «incoherente» y  «absurda» por parte del fiscal y del abogado de la familia. La familia de Marta  solicitó también que se declare la nulidad del juicio y se retrotraigan las  actuaciones para que sean enjuiciados juntos los mayores de edad y el menor,  conocido como el Cuco, así como que se repita el juicio con las pruebas  que le fueron denegadas, entre ellas la declaración de los padres de Samuel  Benítez y del comisario que dirigió la investigación.

Por su parte, la defensa de Carcaño, ejercida por la abogada Paloma Pérez,  también recurrió la sentencia al considerar que éste debió ser condenado por  homicidio por no incurrir en «alevosía sorpresiva» al matar a Marta con un  cenicero, alegando que la joven tuvo tiempo de verle como lo cogía para  golpearle.

Antonio del Castillo, padre de la joven asesinada, ha dicho hoy que la forma  en que se ha filtrado parte de la sentencia del Tribunal Supremo sobre la muerte  de su hija «es de vergüenza».
Del Castillo ha sido abordado por varios  medios informativos cuando salía hoy de su casa para dirigirse a su trabajo y ha  asegurado que habría que dar «un toque de atención al gabinete de prensa del  Tribunal Supremo» o a quien haga falta porque cree que la filtración de una  parte del veredicto «no son maneras de hacer las cosas, no es lo más ético y es  de vergüenza».

Del Castillo ha afirmado que la familia no hablará hasta que lea la sentencia  y la tenga en la mano, momento en que convocará una rueda de prensa con  asistencia de todos los medios porque «yo no puedo hablar con rumores».

Fuente: «La Vanguardia».

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