El pederasta de Castelldans pasó 34 controles públicos

La Generalitat ha confirmado que el educador social de  Castelldans (Lleida) que acogía niños tutelados detenido por  pornografía infantil y presuntos abusos sexuales pasó 34 controles  públicos durante el tutelaje de los 14 menores que acogió desde  1997.

La consellera de Bienestar Social y Familia, Neus Munté, ha asegurado hoy en  rueda de prensa que, en 2007, el acusado llegó a acoger hasta ocho menores y ha  señalado que, a raíz de este caso, la Generalitat prevé incluir, a partir de  septiembre, un nuevo test patológico a los acogedores para minimizar los riesgos  de futuros casos. «No quiero hablar de errores, aún. Si detectamos algún error  interno, hablaremos con todas las letras y depuraremos todas las  responsabilidades», ha aseverado Munté.

Por ello, el departamento de Bienestar Social y Familia ha iniciado un  expediente informativo a la fundación que, como entidad acreditada, hacía el  seguimiento de los niños tutelados que tenía en acogida el detenido. Así, una  vez el informe esté redactado, se valorarán cambios en los métodos de evaluación  y control de las familias que acojan a menores de edad para que «este caso  único» no se vuelva a repetir.

El primer paso que hará la Generalitat es introducir en septiembre el test  psicológico ‘MMPI2’ que, si bien no es un método infalible para detectar  posibles abusadores, según Munté, permite «discernir patologías» y «minimizar»  posibles riesgos. Un test cuya aprobación se ha acelerado tras el caso del  pederasta de Castelldans, si bien, según la consellera, Bienestar y Familia  llevaba tiempo evaluando la entrada en uso de esta prueba en los procesos de  acogida.

Sobre la información previa que la Generalitat tenía del detenido, Munté ha  explicado que su departamento recibió cada seis meses los informes de control  por parte de la fundación encargada del tutelaje que, como indica el protocolo  de la Generalitat, se hacía llegar posteriormente a la Fiscalía de menores. «Si  de estos 34 informes no se ha desprendido una alerta, es que quizás estamos  hablando de conductas muy difíciles de detectar», ha expresado Munté, quien ha  señalado que el «riesgo cero» no existe en este tipo de evaluaciones.

Además de los controles, el educador social de Castelldans pasó, según la  Generalitat, entrevistas a domicilio, reuniones con psicólogos y entrevistas de  control telefónicas con los menores y los profesores del centro escolar al que  asistían los tutelados. El acogedor, en tanto, no tenía pareja y recibía la  ayuda de sus padres y una hermana con quienes mantenía una relación fluida y le  ayudaban en el tutelaje de los menores.

La fundación de tutelaje facilitó, además, una persona que ayudara al acusado  a realizar tareas de limpieza, ya que se detectaron algunas deficiencias  referentes a la higiene personal de algunos menores. Asimismo, el hecho de que  el detenido fuera un educador social «no pudo ser valorado negativamente», según  Munté, ya que muchas familias acogedoras tienen ese perfil y, por ello, «no hizo  desconfiar» en el proceso de selección del acogedor. «Los hechos que estamos  viviendo por parte de las personas implicadas de Bienestar y Familia no los  podremos olvidar nunca, no queremos olvidarlos nunca. Por eso, estamos  trabajando por la defensa de los intereses de los menores», ha resaltado  Muné.

En este sentido, la consellera ha querido dar un mensaje de tranquilidad para  evitar que se cree en la sociedad una imagen peyorativa en relación a las 616  familias que, actualmente, acogen a menores de edad. Hasta la salida a la luz  del caso de Castelldans, desde 1997 se habían producido, según la Generalitat,  tres casos de «negligencia» -que no tenía relación alguna con abusos sexuales-  por parte de familias a las que se les negó «inmediatamente» el tutelaje de los  menores.

Fuente: «La Vanguardia».

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