Ya son 300. La cifra de asociaciones y clubs cannábicos se ha disparado en los últimos años en Catalunya. Junto a colectivos sin ánimo de lucro de consumidores adultos ha aparecido un número creciente de individuos que están utilizando esa apariencia asociativa como tapadera para traficar con marihuana.
Las ‘conselleries’ de Salut y de Interior reconocen ya «el desorden» existente en relación a esas entidades, que no están sujetas a ningún tipo de control administrativo. Por eso, están preparando una regulación de ese tipo de asociaciones que, según avanzan fuentes de Interior, será «extraordinariamente restrictiva» y que hará que sea la Generalitat quien autorice o no la apertura de los clubs.
Hasta ahora, esas entidades no se sometían a más trámite que la inscripción en el registro de asociaciones. Eso sí, corrían el riesgo de ser objeto de entradas y registros policiales si se sospechaba que había tráfico de drogas.
Fuente: «El Periódico».